El pasado martes sobre las 11:15 a.m. se reportó el primer incendio forestal, fue en la loma de Chipichichape. La situación parecía controlada por los organismos de socorro. Entrada la tarde se dio un inexplicable efecto dominó; se encendieron en llamas los cerros de las Tres Cruces, después Cristo Rey y luego Pance. En total, fueron seis grandes conflagraciones ardiendo al mismo tiempo ese día en los cerros de Cali.
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La brisa de las 2:00 p.m avivó el fogonazo, se alzaron columnas de llamas que alcanzaron los 7 metros de altura. “Esto parece planeado”, se comentaba desde la misma emergencia. El saldo final: 320 hectáreas de cerros convertidas en ceniza.
El subsecretario de Gestión del Riesgo de Cali, Óscar Orejuela, fue claro: “En estas emergencias puede haber negligencia pero hay personas que lo hacen de manera muy consciente, alguien nos está haciendo el daño. En el incendio de Pilas del Cabuyal -sector de Cristo Rey-, vieron a una persona iniciando el fuego”, precisó.
Por su parte, Rodrigo Zamorano, secretario de Gestión del Riesgo de Cali, advierte que los incendios forestales inician por los siguientes motivos: fogones para hacer alimentos, quema de basuras, invasión de predios, habilitar más tierra para cosechar, “y hay quienes quieren ver la candela y el helicóptero con el ‘Bambi Bucket’”.