El sitio más emblemático del tango en Cali, cumplirá 56 años y sobrevive en medio de la pandemia.
Por: Manuela Rubio Sarria / Reportera de Q’hubo
Cuando ingresé por esa puerta, quedé deslumbrado con el sitio, uno entra y se transporta a otra época que nunca vivió, se convierte en un refugio, es algo que queda de la Cali de hace más de 50 años, la atención, el cariño, la decoración y la música retratan una ciudad que se marchó, allá no existen estratos, todo mundo comparte, el ambiente es tranquilo y amañador.
Así recuerda Gerardo Quintero, periodista caleño y amante de la música, la primera vez que ingresó a La Matraca, hace más de 10 años.
Ese ambiente tranquilo, es logro de don Clímaco Parra Restrepo, fundador del sitio junto a su madre, Aura Tulia.

A Clímaco lo recuerdan como un hombre tranquilo pues cuando ponía música desde su tocadiscos marca Garra, se escuchaba el chirriar de la aguja, a lo que la gente le gritaba: ‘Ve, prende esa matraca’, él nunca se ofuscó y así quedó el nombre del sitio, que ya está próximo a cumplir sus 56 años y sigue vivo desde una esquina del barrio Obrero y ahora en las redes sociales.
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“Yo llegué con mi mamá y mis hermanos desde Manizales, y montamos una tienda, era como un granero, pero se ponía música para los clientes”, cuenta Jaime Parra, actual propietario del sitio y quien se hizo cargo, luego de la muerte de su hermano Clímaco en 1995 y su madre Aura Tulia en el 96.
Para convertirlo en lo que es ahora, lo animó Leyda Santa, quién era vecina y clienta del lugar desde los años 90 y ahora es la Directora Cultural y compañera de vida de Jaime.

“A mi me gusta más que me digan discómana, eso es lo que me encanta, ser la programadora musical”, dice Leyda, luego de escoger con mucho cuidado, la playlist que sonará hoy a partir de las 5:00 p.m. por las redes sociales de La Matraca.
Detrás de la decoración del sitio, plagado de 500 cuadros y más de 15 mil elepés, se esconden varios viajes de Leyda a Argentina.
“Yo empecé a viajar desde el 95, y lo hacía cada año. Iba a Buenos Aires, por la historia del tango y a estudiar durante un mes. Yo siempre fui bolerista y guarachera. Cuando retomamos La Matraca, yo le dije a Jaime que no se preocupara por la música”.
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